Estuve a punto de perderme el espectáculo de Slava's Snowshow de nuevo, pero el viernes mi hermano me dijo que si lo acompañaba y yo feliz de la vida le dije que sí!.
Lo que más agradezco a estos payasos es que me hicieran sentir como niña de nuevo, y es que, el show pasa de la alegría a la melancolía, haciendome creer firmemente que mi reacción hubiese sido la misma que hubiese tenido de haber asistido a esta obra 15 años atrás.
En resumen todo me encantó: la espontaneidad de los payasos ( creo que es la primera vez que no me aterra ver a uno), la música, el vestuario y los efectos especiales (que son de lo más básico, pero que a pesar de ello, logran hacerte sentir en medio de una tormenta de nieve).
En fin.. estoy contenta porque hoy conocí al maestro Slava, creador de un mundo surrealista al cual me encantaría pertenecer :)
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