De repente, tuvo la misma sensación que tenía constantemente y odiaba con toda su alma: a sus veinticuatro años, se sentía vieja, como si algo en su interior comenzara a arder diciéndole que la vida es muy corta y que el tiempo pasa volando... quería tomar las riendas, no había nada que deseara más en este mundo, sin embargo, no sabía hacia dónde ir o cómo hacerlo, por lo que el cambio que tanto anhelaba cada vez se veía más lejano.
La sensación continuaba allí, en todo momento... le molestaba de sobremanera, pues sentía que aquel pensamiento recurrente no era propio para alguien de su edad y sus antecedentes: siempre buena hija y estudiante, aquella que siempre tomaba las decisiones más maduras; alguien así no tendría por qué estar arrepentida de no haber tomado riesgos y cometido más errores...
-"No, no..."- se dijo a así misma- " esto no puede estar pasando"- , como si estuviera viviendo algo que no le correspondía.
foto: no me acuerdo
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